miércoles, 2 de noviembre de 2011

Jolie petite fille // ♥ Photos et Images d'Arts ♥
Se me ocurre algo , viejo de años,pues se desarrolla en mi niñez,donde para mi todo era más fácil,pero inaccesible,aunque a veces no tanto.
Vivía con mis abuelos paternos,pues mis padres emigrantes por aquellos años,trabajaban fuera de España para darnos una vida mejor,como lo hacían la mayoría de la gente por aquellos tiempos .
Yo era muy pícara de niña me gustaba hacer travesuras y sacaba de las casillas a todos.Pero adoraba a mis abuelitos .Vivíamos en una casa que hasta hoy sigue grabada en mi mente,eran de esas casas de la época con su cocina de carbón y su aseo reducido,donde no había más cabida que la pileta y la taza,la bañera era una tina,que la verdad sea dicha no recuerdo donde ,la guardaba mi abuelita.También teníamos tres perros, la madre que se llamaba Linda y los dos pequeños Palota y Paloto.La perrita era la mía,era blanca y negra y era muy buena,me dejaba vestirla con la ropita de mis muñecos.
Mi abuelito estaba enfermo,sufría de asma y requería cuidados y medicamentos para luchar contra su enfermedad.
Le gustaba llevarme a pasear al parque unas cuadras más abajo de casa,pero siempre con miedo de que no me escapara,pues me gustaba ir a mi aire y el pobre tenía que sacar fuerzas para correr detrás mio y que no me pasara nada malo.Pobre abuelito!ya sin hacer ningún esfuerzo , tenía dificultad para hacer llegar el aire a sus pulmones y yo aun le daba esos disgustos.Pero me adoraba y yo a él.Una vez...de esas tantas que se encontraba más enfermo que de costumbre,me mandaron a buscar cerezas a la tienda de Regina,;Cerezas!,con lo que a mi me gustaban.
Un kilo de ellas traía en el cartucho donde me las dieron.
Salí de la tienda y de camino a casa,que por cierto distaban muy poco una de la otra,sino, no me dejaban ir sola,ya se me antojó comerme una o dos cerezas.
Al llegar al portal,eran tantas las ganas que tenía de hincarles el diente! y pensar que al llegar a casa tendría que repartir con los demás,me senté en las escaleras y empecé a comérmelas todas,estaban deliciosas,ese momento era solo mío con las cerezas.Una vez terminadas no tube otra ocurrencia que de meter los huesos y los rabichuelos de nuevo en el cartucho.
Al llegar a casa ,le entregué a mi abuelita el paquete que cuando vio el contenido se echó a reír y corriendo fue a contárselo a mi abuelito y todos reímos como niños.


 

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